BLOOD DIAMOND
de Edward Zwick
Reparto: Leonardo DiCaprio, Djimon Hounsou, Jennifer Connelly, Kagiso Huypers, Benu Mabhena, Michael Sheen, Arnold Vosloo y David Harewood.
País: EEUU y Alemania
Año: 2006
Lengua: Inglés, Mende, Jrio y Afrikaans
Genero: Aventura y Drama
Genero: Aventura y Drama
Reconocimiento: Nominada a 5 Premios Oscar.
Puntuación: «««««
Con esta película nos referimos a la eterna pregunta que oímos alguna vez en algún sitio: "Si un árbol cae en un bosque y nadie lo escucha, ¿realmente hace ruido? ¡Nade lo escuchó!" Con los problemas de África pasa lo mismo. Sabemos que están ahí, pero no los vemos. ¿Eso significa que no existen o que no queremos ver que existen? De vez en cuando aparece alguna película de este tipo que hace reflexionar sobre estos problemas que no vemos directamente, pero si que existen, y nos los ponen delante para que los veamos bien. Pasa lo mismo cuando, en Navidad, los anuncios de las ONG's se hacen más evidentes. Entonces, de repente, estos problemas vuelven a aparecer por unos días y nos sentimos solidarios pensando en aquella pobre gente que no tiene todo este montón de comida que nosotros vamos a engullir. Pero después se pasa y llegan otro tipo de preocupaciones como la vuelta al trabajo o a que gimnasio nos vamos a apuntar para perder los kilos ganados. Siempre será así, el ser humano, por naturaleza, no vé más allá de su entorno más inmediato. Nos pasa a todos. Nuestras preocupaciones, nuestras frustraciones, nuestros deseos, nuestros males y bienes... son los más importantes de todos y no permiten ver los de los demás. Tampoco hace falta ir mucho más allá de nuestra ciudad. Seguro que, a menudo, todos vemos a alguien buscando en la basura algo para comer, vender o ponerse y, seguramente, este individuo no lo hace por placer. Pensemos en el pasado de esta persona, en su vida diaria, en su futuro y sus esperanzas... y aprenderemos a relativizar nuestros propios problemas y a darnos cuenta de que nuestra casa no esta tan mal, la ropa que vestimos tampoco, el dolor de cabeza que no nos deja vivir se pasará con un Paracetamol...
Sierra Leona es un país que pasó más de 10 años en guerra bajo los ojos de dirigentes mundiales que, en vez de poner los medios para acabar con el conflicto, suministraban armamento a las fuerzas del Frente Revolucionario Unido (FRU) para que siguieran con la guerra. De otro lado también intervenían para quitarles este armamento y se formaba un circulo vicioso de suministración y desabastecimiento de armas que nada más servía para lucrarse con el conflicto y vender más y más armas. El conflicto también se hizo conocido internacionalmente por las grandes masacres (amputaciones de miembros, matanzas, esclavismos...) y los desplazamientos humanos ( a países cercanos o campos de refugiados) que tuvieron lugar. Todo el conflicto queda bien representado en la película que nos ocupa donde, DiCaprio, es un traficante de Diamantes de Sangre que se lucra del conflicto para sacar un beneficio propio. Estos diamantes se extraían en África, pasaban la frontera de manera ilegal y llegaban a las manos de grandes empresarios que sabían muy bien como colocarlos en el mercado para que los sueños de las señoras se hicieran realidad. ¿Quién es más culpable: el traficante, que generalmente es pobre y busca una fuente de dinero; los empresarios, que compraban los diamantes que necesitan para sus joyerías o la sociedad, que aún y cuando se sabia la existencia de este conflicto, seguían comprándolos? Seguramente en algún momento de la cadena alguien lo podría haber evitado, pero todos salían ganando excepto las gentes del país que morían por el interés que tenían otros para que el conflicto no acabara. Por esto recibieron el nombre de Diamantes de Sangre, porque estaban manchados con la sangre de esa gente.
Técnicamente nos presentan unas imágenes del continente africano que son inmejorables y artísticamente cabe destacar la interpretación de Djimon Hounsou, un actor nacionalizado estadounidense de origen beninés, mediante el cuál se puede percibir todo el dolor que la gente de Sierra Leona padeció y tubo que padecer durare un eterno período de tiempo, por un conflicto en el que nada tenían que aportar ni representar.
Puntuación: «««««
Con esta película nos referimos a la eterna pregunta que oímos alguna vez en algún sitio: "Si un árbol cae en un bosque y nadie lo escucha, ¿realmente hace ruido? ¡Nade lo escuchó!" Con los problemas de África pasa lo mismo. Sabemos que están ahí, pero no los vemos. ¿Eso significa que no existen o que no queremos ver que existen? De vez en cuando aparece alguna película de este tipo que hace reflexionar sobre estos problemas que no vemos directamente, pero si que existen, y nos los ponen delante para que los veamos bien. Pasa lo mismo cuando, en Navidad, los anuncios de las ONG's se hacen más evidentes. Entonces, de repente, estos problemas vuelven a aparecer por unos días y nos sentimos solidarios pensando en aquella pobre gente que no tiene todo este montón de comida que nosotros vamos a engullir. Pero después se pasa y llegan otro tipo de preocupaciones como la vuelta al trabajo o a que gimnasio nos vamos a apuntar para perder los kilos ganados. Siempre será así, el ser humano, por naturaleza, no vé más allá de su entorno más inmediato. Nos pasa a todos. Nuestras preocupaciones, nuestras frustraciones, nuestros deseos, nuestros males y bienes... son los más importantes de todos y no permiten ver los de los demás. Tampoco hace falta ir mucho más allá de nuestra ciudad. Seguro que, a menudo, todos vemos a alguien buscando en la basura algo para comer, vender o ponerse y, seguramente, este individuo no lo hace por placer. Pensemos en el pasado de esta persona, en su vida diaria, en su futuro y sus esperanzas... y aprenderemos a relativizar nuestros propios problemas y a darnos cuenta de que nuestra casa no esta tan mal, la ropa que vestimos tampoco, el dolor de cabeza que no nos deja vivir se pasará con un Paracetamol...
Sierra Leona es un país que pasó más de 10 años en guerra bajo los ojos de dirigentes mundiales que, en vez de poner los medios para acabar con el conflicto, suministraban armamento a las fuerzas del Frente Revolucionario Unido (FRU) para que siguieran con la guerra. De otro lado también intervenían para quitarles este armamento y se formaba un circulo vicioso de suministración y desabastecimiento de armas que nada más servía para lucrarse con el conflicto y vender más y más armas. El conflicto también se hizo conocido internacionalmente por las grandes masacres (amputaciones de miembros, matanzas, esclavismos...) y los desplazamientos humanos ( a países cercanos o campos de refugiados) que tuvieron lugar. Todo el conflicto queda bien representado en la película que nos ocupa donde, DiCaprio, es un traficante de Diamantes de Sangre que se lucra del conflicto para sacar un beneficio propio. Estos diamantes se extraían en África, pasaban la frontera de manera ilegal y llegaban a las manos de grandes empresarios que sabían muy bien como colocarlos en el mercado para que los sueños de las señoras se hicieran realidad. ¿Quién es más culpable: el traficante, que generalmente es pobre y busca una fuente de dinero; los empresarios, que compraban los diamantes que necesitan para sus joyerías o la sociedad, que aún y cuando se sabia la existencia de este conflicto, seguían comprándolos? Seguramente en algún momento de la cadena alguien lo podría haber evitado, pero todos salían ganando excepto las gentes del país que morían por el interés que tenían otros para que el conflicto no acabara. Por esto recibieron el nombre de Diamantes de Sangre, porque estaban manchados con la sangre de esa gente.
Técnicamente nos presentan unas imágenes del continente africano que son inmejorables y artísticamente cabe destacar la interpretación de Djimon Hounsou, un actor nacionalizado estadounidense de origen beninés, mediante el cuál se puede percibir todo el dolor que la gente de Sierra Leona padeció y tubo que padecer durare un eterno período de tiempo, por un conflicto en el que nada tenían que aportar ni representar.
Todo lo escrito es fruto de la imaginación... y nada más!