ROCK OF AGES
de Adam Shankman
Reparto: Julianne Hough, Diego Boneta, Tom Cruise, Russell Brand, Alec Baldwin, Paul Giamatti, Catherine Zeta-Jones, Mary J Blige, Malin Akerman, Bryan Cranston.
Año: 2012
País: EEUU
Lengua: Inglés
Genero: Musical y Comedia
Reconocimiento: De momento nada. Acabada de estrenar. Criticas mixtas.
Puntuación: «««««
Después de haber comentado los musicales: A chorus line, Chicago, High School Musical, Dreamgirls, Carmen a Hip Hopera, Sweeney Tood, El Fantasma de la Opera, Una hora más en Canarias, Sister Act II, La Môme, ¿Por qué se frotan las patitas?, Priscilla, reina del desierto y Pesadilla antes de Navidad (a lo mejor queda alguna olvidada), nunca habíamos visto un musical tan fuera de los estereotipos del genero que, habitualmente, presentan canciones balada a medio tono con una historia de amor eterno por el medio y, al final, acaba siendo todo un poco pastel tanto amor y canción romántica. No es que esta vez el eterno protagonista del cine (el amor, por si alguien no lo sabia) se haya dejado de lado. Esto sería demasiado y, que los dos protagonistas no pintaran un corazón en el espejo con un pintalabios rosa con las iniciales de los dos en el medio, en los 5 primeros minutos de la película, seria un crimen argumental que los espectadores no podríamos permitir de ningún modo. Evidentemente esto pasa y ya es algo que esta asumido por nuestra parte. La historia de amor que se inicia apasionadamente y sufre una crisis para acabar solucionándose antes de que acabe la película sellándose con un beso de amor eterno, es algo que tendremos que sufrir también hasta la eternidad y algo a lo que estaremos condenados de por vida. Sin embargo, esta vez, las canciones son a ritmo de Rock representativas de uno de los géneros olvidados que vuelven a la gran pantalla y que nos recuerdan que allí siguen y que también tienen un espacio en los productos cinematograficos que se lanzan al mercado. Journey, Bon Jovi, Guns N' Roses, Def Leppard, Poison, Night Ranger, Twisted Sister, REO Speedwagon, Foreigner, Whitesnake... son algunos de los artifices de los temas principales que componen la banda sonora del musical que devuelve la vida a los mejores años del Rock&Roll.
La principal atracción del cartel es la coralidad de su composición y ver a un Tom Cruise que ha conseguido superar su carrera interpretativa con la musical. Después de haber visto el resultado de su trabajo, del cuál teníamos ciertas reservas y dudas, nos planteamos si eligió bien su destino dentro del mundo de la actuación o hubiera sido mejor que se hubiera dedicado a correr carreteras con su guitarra y una banda de autentico Rock. De echo, dentro de la misma película destaca más en su faceta musical y ofrece un trabajo de militarización, integración, adaptación y representación excelente de las imágenes que tenemos de las estrellas del Rock recientes y de sus actuaciones sobre el escenario. Por otro lado, tenemos a dos estrellas consagradas dentro del mundo de la música y del musical que aportan sus experiencias y habilidades a la película. Ya habíamos visto a Catherine Zeta-Jones desenvolviéndose en el musical y sabemos que ha sido reconocida por su trabajo dentro del mundo del cine y el teatro musical, ganando un Oscar y un Tony por dos interpretaciones dentro del genero. Aquí vuelve a aportar un buen trabajo y vuelve a ser otra a la que valoramos más por su carrera dentro de la canción más que dentro de la actuación. El segundo talento que eleva la calidad global del trabajo es el nombre de Mary J Blige, una de las mejores voces vivas con las que contamos dentro del panorama musical actual y que, esta vez, incurre en la pantalla para ampliar su faceta profesional y, evidentemente, su bolsillo. La verdad es que se hace necesaria la intervención de alguna voz como la de Blige en una película de estas características y acaba realizando un trabajo de calidad. Esperaremos a ver hacia donde se dirige su trayectoria para poder valorar si puede continuar en el cine o si debería volver a los micrófonos (como Justin Timberlake ya debería haber hecho hace mucho tiempo). De momento su peso musical es demasiado grande como para apartarla de la canción. Por último, vemos a dos jóvenes que han aparecido de la, prácticamente, nada. Tanto Julianne Hough como Diego Boneta parten de un talento musical impresionante y, hay que reconocer, que han sido algo engañados por el guión que les ha tocado seguir. Son los dos jóvenes enamorados que se mueren el uno sin el otro, se cantan canciones de amor eterno, pintan corazones, tienen el problema (sea cual sea) y luego se arreglan de nuevo. Es difícil interpretar algo así, aunque no se les ve una mala base y les auguramos un futuro dentro del cine y la música actual.
En la dirección, Adam Shankman, coreografo, director, productor, bailarín y actor y, además, un nombre importante dentro del musical. Ha ganado diferentes premios por su trabajo y ha trabajado con importantes nombres de la música y el cine como los de Paula Abdul, Janet Jackson, Brendan Fraser, Marlon Brando, Sarah Jessica Parker, Antonio Banderas, Zac Efron, Sandra Bullock... asimismo como en importantes proyectos en su campo dominante que es la coreografía y el baile. El trabajo de coregrafia de la película es uno de los apartados que más destacan en la producción junto con la calidad musical. Juntamente, se consigue una calidad excelente que se eleva por encima de los números sosos que se acostumbran a ver en las apuestas musicales. Un resultado infinitamente mejorado de la anterior participación del director en el musical cinematográfico (Hairspray) y también superior a las comedias baratas que también ha dirigido (Un canguro super duro o 12 fuera de casa).
Aciertos técnicos han sido no caer en el mismo guión de Velvet Goldmine o otras películas anteriores que también trataron el tema de la música en los años 60 y el uso de una estética visual parecida a la de los videoclips que se lanzaban por aquellos años como por ejemplo la contraposición de los cantantes en un mismo plano que tantas veces se ha utilizado en vídeos de Rock en directo o el uso de los dibujos en los títulos de crédito finales como en el vídeo de Take on Me de A-Ha.
Aciertos técnicos han sido no caer en el mismo guión de Velvet Goldmine o otras películas anteriores que también trataron el tema de la música en los años 60 y el uso de una estética visual parecida a la de los videoclips que se lanzaban por aquellos años como por ejemplo la contraposición de los cantantes en un mismo plano que tantas veces se ha utilizado en vídeos de Rock en directo o el uso de los dibujos en los títulos de crédito finales como en el vídeo de Take on Me de A-Ha.
Una de las mejores apuestas que hay en las carteleras de los cines y, además, es un musical diferente para los que están ya cansados de lo habitual ya visto por todos más de 100 veces. Ver los números musicales que se han pensado con la base de Rock&Roll es algo que ha nadie le hará mal y que todos sabrán disfrutar.
Todo lo escrito es fruto de la imaginación... y nada más!
mmm... que ganas de ver-la....
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